Curiosidades del metro de la CDMX
- 14 mayo, 2023
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La CDMX es la metrópoli más grande de México y con mayor número de transportes, dentro de los cuales destaca…
Leer másNo todo el mundo vive solo porque quiere, sino porque existen diversas circunstancias que implican migrar de la casa de tus padres. Es cierto que uno se la pasa cómodo con ellos, sin embargo, el grupo de personas que viven solas sigue creciendo y, con ello, la afirmación de que no vivir con los papás es un gran paso para ser adulto. En muchas ocasiones la economía personal no es lo suficiente para sustentar una vivienda por cuenta propia, por lo que muchos prefieren mudarse con otras personas a las que llaman Roomies. Este post está dedicado a aquéllas personas que, si no les saca una sonrisa, por lo menos se sentirán identificados con los siguientes puntos:
Vivir con Roomies implica un reparto inequitativo de la comida, siempre habrá conflictos directos e indirectos hasta por un tazón de cereal. Es cierto que todos tienen actividades y horarios diferentes, pero cuando se halla el tiempo preciso, no hay nada mejor que compartir un momento para cocinar con tu Roomie y volverse creativos para preparar los más deliciosos y extraños manjares.
La limpieza es como el amor, por muy mexicanos, chilangos, millenials o incluso familiares, todos tienen una concepción diferente de ella. Puede que para ti esté bien no tender tu cama, pero para tu Roomie será un caos total. No hay nada mejor que tener un acuerdo para sus espacios privados y la organización de áreas comunes, aunque prepárate para una discusión interminable por los trastes.
Tal vez pienses que tu Roomie es la decoración más fea de tu departamento, pero sabes que lo darías todo por él o ella. No hay nada mejor que disfrutar de una serie el fin de semana con tu Roomie y que se hayan acostumbrado tanto el uno al otro que ya no hay problema si se ven en calzones. Nunca se olvida ese mini infarto cuando le toca a tu Roomie firmar la renovación del contrato seguido de la pregunta: “Seguiremos juntos, ¿verdad?”.
En algún momento de las diferentes etapas de la vida llega un Roomie no oficial, es decir, la pareja de tu Roomate. Así como tu compañero de departamento, su pareja es algo común en el hogar; compartirá comida, baño y en general las áreas comunes del departamento. Aunque esto pueda resultar algo incómodo y quieras pedir permiso a tu arrendador para poner aislante de sonido en tu cuarto, no deseas más que tu Roomie sea feliz y su relación prospere (para pronto dejarte solo).
Aunque disfrutas de la compañía de tu Roomie, alguna vez esperas no tener ruido y disfrutar de todo el departamento para ti solo; salir del baño y quedarte en toalla toda la tarde mientras disfrutas de las áreas comunes, pedir algo con la intención de comer hasta morir y no compartir de tu comida, dejar tu desorden (o recoger y que no haya desorden) a tu gusto y dormir o despertarte a la hora que quieras sin molestar a nadie.
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